Pongámonos en situación: Un buen amigo contacta con nosotros; ha discutido con su novia, con la que vive, y se quiere venir a dormir a casa para capear el temporal. Pasada una semana, nos confiesa que la relación con su chica está en realidad rota, y que lo dejaron porque él atravesaba una mala racha: Entre otras cosas, lo habían despedido.
“Préstame algo de dinero, anda, para salir al paso”, te pide. Tú se lo prestas, porque para eso están los amigos. A los dos días, sin embargo, descubres que ya se lo ha gastado, y no tienes muy claro en qué.
Lo peor es que tiene unas deudas pendientes en el banco, que tendrá que pagar antes de pensar en alquilarse un piso o comprarse una casa, y no tiene a nadie más a quien acudir... así que te vuelve a pedir prestado.
Las posibilidades de que encuentre próximamente un trabajo son las que son: medio nulas.
¿Qué haces? ¿Pagas?
Algo parecido es lo que nos cuentan de Grecia. El Estado ha malgastado su dinero en vivir por encima de sus posibilidades, dicen algunos periódicos, pero eso no quita que siga teniendo un problemón, que ya estudiamos el Domingo pasado, ni que sea una pieza clave en la expansión de la zona euro: Europeos, todo fue como la seda cuando no erais sino un conjunto de países en expansión controlando la inflación de vuestra moneda, pero ¿seréis eficaces a la hora de los problemas?
Fue así como se planteó el primer rescate. La respuesta de la eurozona fue decir: “Pago, pero el dinero te lo gastas en lo que yo te mande”. Dicho de otra forma: “Griegos, no os podemos dejar gestionar estas cuentas, porque nadie se fía de la forma en que lo hacéis, pero es irrefutable que todos necesitamos este rescate”.
Grecia no ha parado de perder derechos sociales desde entonces, y el FMI ya le ha propuesto privatizar la totalidad de los servicios públicos. ¿Lo han estado haciendo realmente tan mal los gestores de los impuestos que pagaron unos ciudadanos que hoy se encuentran en desempleo y con cada vez menos servicios sociales? Ya vimos que, desde luego, en los años precedentes a la crisis financiera de 2008, el déficit de los griegos empeoraba sistemáticamente respecto al resto de la eurozona, pese a que su economía crecía de manera mucho más abultada. ¡Pero es que eso no es algo tan extraño! Y lo explico:
Pensemos, si un país siempre está creciendo, cada vez dispone de más recursos. Si nuestra perspectiva es seguir creciendo durante los próximos años: ¿No es lógico traer una parte de la abundancia del futuro al presente, que es donde hay escasez?
Y en consecuencia, si pensamos seguir creciendo a un ritmo más rápido de lo que lo hace el resto... ¿no será lógico traer también más recursos al presente que los demás?
Eso es, básicamente, un déficit: Dado que a ti no te importa prescindir durante unos años de este dinero, préstamelo, y en el futuro, cuando tenga mucho más, te lo devuelvo, con un sobrecoste rentable para los dos. Así, a costa de vivir un poco peor cuando viva mucho mejor, vivo un poco mejor cuando me toca vivir mucho peor.
Lo que pasa es que el déficit, a su vez, y como también comentamos hace una semana, acelera el crecimiento de una economía... Y fijémonos: Si nuestra lógica es la descrita, y en opinión de este autor lo ha sido para el caso de todas las economías rescatadas y, en parte, también de España, comenzaremos a generar un déficit originado en realidad por el déficit pasado: Vemos que crecemos, y nos permitimos un déficit, que nos hace crecer más, y al ver que crecemos más, nos podemos permitir más déficit, que de nuevo acelera nuestro crecimiento, y al ver que crecemos más... gastamos más... ¿y hasta dónde?
Es aquí donde muchos economistas apuntan a la “irrealidad” de fondo de esta economía. Del “yo hago esto a cambio de que tú hagas esto” se pasa al “nosotros hacemos esto a cambio de parte de lo que hagamos mañana”, y de ahí al... círculo vicioso en el que van entrando muchas economías modernas, que es difícil de explicar de no recurrir a "con el crecimiento impulsado por el déficit creamos más déficit". Vamos, que ahí no hay nada.
Por tanto, no sólo existe un déficit en el sentido más estricto del término. Existe, más bien, lo que en economía se conoce como una burbuja: Una distorsión interna que, por no tener un sustento “real” en su estructura, desaparece de una sentada cuando cualquier estímulo corta su crecimiento.
Por supuesto, seguro que son muchas las causas que pueden acabar con estas burbujas, pero la catástrofe llega cuando es un decrecimiento del PIB el que lo hace. Cuando nos encontramos ante una crisis, donde más sentido tendría traer al presente la prosperidad del futuro, y nuestros inversores nos dicen “señores, es que se han acostumbrado tanto a debernos parte de lo que van a trabajar en el futuro, y están tan lejos de trabajarlo, que esto no hay por dónde cogerlo”.
Por tanto, no está tan, tan claro que Grecia haya “malgastado” el dinero, pero parece que lo de que ha estado viviendo por encima de sus posibilidades sí que tiene bastante sentido. Sin embargo, estos resultados no invitan a prohibir a los griegos seguir gestionando sus arcas públicas, y conviene tenerlo bien claro. Nada tiene que ver la gestión de la recuperación de su economía con su problema de déficit, por mucho que éste sea la causa de su situación. Son cosas distintas. La época anterior a la crisis estaba marcada por un crecimiento tan prolongado y sostenido que se dieron, incluso, economistas que vaticinaron el fin de los ciclos económicos, y nadie esperaba que el decrecimiento llegara tan rápido sin despertar apenas indicios, ni mucho menos que su impacto sería tan prolongado. Es verdad que la UE exige un máximo del 3% de déficit, pero también es cierto que lo hace para países que crecen sobre el mismo 3% en épocas de prosperidad, no para países con economías más pequeñas (donde un porcentaje de déficit es mucho menos dinero) que crecen al 6% y que, por tanto, sería lógico que se permitieran deber más.
Así, lo de que sean otros los que gestionen al Estado heleno debe ampararse en otras causas. ¿La distorsión de cuentas para entrar en la Unión Europea? Tampoco me vale: ¿Qué somos, niños? ¿Tan difícil puede ser para los países del euro corroborar las cuentas públicas de un país antes de dejarlo entrar en la moneda? ¿No será que prefieren tener cualquier excusa para internarlos a toda costa? ¿No será que las entidades oportunas no tienen otra cosa que hacer que seguir introduciendo países en esta divisa?
Si nos quieren dar argumentos, que sean argumentos de verdad. Y no digo que no los haya. Veamos un par, directos desde Eurostat:
Nótese que Grecia, el país que menos invierte en educación de la tabla, el que más crece, y el que más déficit tiene... ¡No aumenta su gasto en educación en esa medida respecto al resto!
¿Dónde deja a la inversión estatal Griega el hecho de que apenas se haya incrementado el número de empleados en sectores intensivos en conocimiento durante todos sus años de prosperidad?
...Y se encuentran más. Datos como el de que Grecia tenga más camas de hospital por individuo que España, pero peor sanidad, y la escasísima transparencia de las cuentas estatales dejan mucho que desear. Siendo claros: La unión monetaria tiene muchos motivos para exigir participar en las cuentas de Grecia, pero son los mismos motivos que le deberían haber instado a dejarla fuera.
Sin embargo, en algunas cosas le viene como la seda. Una unión monetaria necesita ir acompañada de cierta unión fiscal: De fraguarse un nuevo rescate, parece que se hará en unas condiciones que dejarán a los griegos bailando al son que les dicten los demás: Grecia se queda sin autonomía para pasar a formar el primer caso de los “Estados Unidos de Europa”. Sin ser la crisis griega una situación en absoluto conveniente para la moneda única, puede que lo que veamos sea una forma de sacar el máximo partido a la situación.
Pero, como bien ha criticado algún que otro internauta, eso, amigos, no es un rescate: Es extorsión.
Y... quería explicar el efecto de dichos rescates, pero creo que ya os he aburrido lo suficiente, por lo que lo dejamos para la próxima semana.
Muchísimas gracias por leernos. Recordamos que el blog está llevado, hasta el momento, exclusivamente por estudiantes, por lo que rogamos disculpas ante el previsible bajón de actividad del mes de Junio. Y, por cierto:
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